Las personas, por norma general, guardan en su corazón alguna historia que transformó sus vidas. La mayoría de las veces suelen ser de superación, amor, autoconocimiento, etc., pero todas ellas tienen un denominador común, la de cada uno es la más increíble y maravillosa de todas. Nosotros no íbamos a ser menos, por eso pensamos que la nuestras tenía que ser contada, porque las grandes historias, sólo son grande cuando son compartidas.
Hasta el verano del 2014, nuestras vidas transcurrían por senderos totalmente opuestos. Yo regentaba un negocio en Málaga, mientras que Raissa, se encontraba de intercambio realizando estudios de arquitectura en Valladolid. Ambas ciudades se encuentran en España, separadas por unos 740 kilómetros; una distancia considerable, si tenemos en cuenta el tamaño del país.
En mi caso, ese año había sido agotador a nivel profesional, por lo que tomé la decisión de coger unos días de vacaciones para hacer el camino de Santiago; un viaje que me permitiría conocer a gente de todo el mundo, pero sobre todo conocerme a mí mismo. Algo parecido debió de pensar Raissa, para que también decidiera embarcarse en esta aventura que terminaría uniendo nuestras vidas hasta el día de hoy.
A través de una red social, empezamos a intercambiar información sobre asuntos relacionados con viajes, especialmente con todo lo que tuviera que ver con el Camino de Santiago. Por medio de estas conversaciones, empezamos a saber más el uno del otro, y lo que empezó como algo anecdótico, se convirtió en una amistad. Tantas eran las cosas que teníamos en común que decidimos que sólo había una manera de hacer el camino, y esa era juntos.
Finalmente nos encontrarnos en Valladolid, para desde allí dirigirnos hacia Sarría, lugar desde donde comenzaríamos el recorrido. Nuestros gestos de cariño y complicidad durante la travesía, llegaron a tal punto, que muchas de las personas que íbamos conociendo nos preguntaban si éramos pareja. Igual que sucede con los niños de escuela, nos sonrojábamos y negábamos, de manera rotunda, que entre nosotros existiera algún tipo de relación que no fuera la de una simple amistad. Es gracioso observar, como los enamorados suelen ser los últimos en enterarse de que lo están.
Siempre pensé que una vez terminado el Camino nunca más volveríamos a vernos, pues ella regresaría a Brasil concluido el periodo del intercambio, y yo a mi ciudad para retomar, la que hasta ese momento, había sido mi vida. Esa situación de incertidumbre hizo que abriera mi corazón a una persona que no conocía, y por primera vez, pude mostrarme tal cual era. Mientras tanto, los días se iban consumiendo a una velocidad vertiginosa entre risas y confesiones. Aunque en ocasiones parecía que el tiempo se paraba, la realidad era que cada día que pasaba, era uno menos que teníamos para estar juntos. Llegamos a Santiago de Compostela, y tras contemplar anonadados la espectacular arquitectura de su catedral, comencé a pensar, que quizás no solo fuera una perfecta compañera de viaje, sino también de vida.
Cuando recordamos nuestra historia, nos damos cuenta el poder de transformación que tuvo nuestro viaje. Desde aquel día muchas han sido las cosas que han cambiado: nos casamos a los once meses; Raissa terminó sus estudios de arquitectura, y actualmente se dedica al sector turístico trabajando como agente de viajes; y yo dejé mi oficio y negocio, para formarme como historiador del arte.
Cada viaje, ha venido acompañado de nuevas experiencias y enseñanzas, que han ido configurando nuestra forma de pensar. El conocer nuevos lugares y personas ha abierto nuestra mente, por lo que también, nos gustaría compartir con vosotros nuestras reflexiones acerca de todo tipo de temas. Por este motivo, creemos que es imprescindible hacerte la siguiente pregunta:
¿Recuerdas algún viaje que haya transformado tu vida?
Si es así, nos encantaría que compartieras tu experiencia con nosotros a través de los comentarios.
Un comentario
Hola, soy la tía de Borja… y ésto puede ser un círculo ⭕️ mágico… al menos sonriente!!
Raíssa , de Valladolid, te suena la dirección *C/ San Blás n° 17*.
Es nuestro piso de estudiantes!!🤔😃